Desde hace unos meses tenemos en casa un vermicompostador. Allí las queridas lombrices californianas se alimentan de todos los restos orgánicos que en otro momento llenaban el tacho. No sólo ayudan a reducir la cantidad de basura que generamos sino que al defecar producen humus, un fertilizante natural para las plantas y un mejorador de la calidad del suelo.Nuestras mascotas no necesitan cuidados especiales, viven en la oscuridad y humedad de lo que producen, no se van de allí mientras tengan con qué alimentarse y se reproducen sólo mientras comprueban que tienen espacio para vivir cómodamente.
Estos humildes animalitos representan un cotidiano homenaje a la ecología.
Collage y computadora
(Selva - abril de 2010)

