27.1.14

Rincones

"Todo rincón de una casa, todo rincón de un cuarto, todo espacio reducido donde nos gusta acurrucarnos, agazaparnos sobre nosotros mismos, es para la imaginación una soledad, es decir, el germen de un cuarto, el germen de una casa. [...] primeramente el rincón es un refugio que nos asegura un primer valor del ser: la inmovilidad."
Los rincones. Gastón Bachelard. La poética de espacio.
(hoy empezamos a refaccionar el patiecito de atrás, el postergado aire y luz...)

21.1.14

Continuación del diario de Eva. Viernes


"Uno no puede descubrir algunas cosas, pero nunca sabrá que no puede, adivinando y suponiendo: no, hay que ser paciente y continuar experimentando hasta que se descubre que no es posible descubrir. Y es encantador lograrlo de esa manera, el mundo se vuelve tan interesante. Si no hubiera nada que descubrir, sería aburrido. Incluso tratar de descubrir y no descubrir, y tal vez más."
Los diarios de Adan y Eva. Mark Twain.
(foto Selva, en diciembre en una quinta, de noche, todo oscuro, sólo el flash descubrió lo que pasaba).

7.1.14

Picnic de palabras 4

Como todos los 5 de enero me levanto y pienso en preparar los zapatos, en la hora en que voy a ir a buscar el pasto y el agua y en el fin del día que permitirá el paso de los camellos durante las horas del sueño.
Este domingo fue diferente. Lo más improtante sucedió a la tarde y los vecinos de San Cristóbal, los amigos con sus familias y muy especialmente los chicos y yo, tuvimos el placer de disfrutar una tarde llena de magia junto a otro Rey, uno que con sus manos, su tijera, sus papeles y sus libros nos hizo entrar en un mundo de colores y de ideas brillantes.
Después de que muchos chicos estuvieron recorriendo los manteles y eligiendo sus lecturas, llegó Istvansch. Él es ilustrador, escritor, diseñador, docente, editor de Ediciones del Eclipse (en su sitio puede verse la biografía completa).
Se presentó con su “Detrás de él estaba su nariz”, historias cortas e infinitas como la cinta de Moebius que hace las veces de página eterna. Siguió contando “¿Has visto?” que según él fue el libro que más trabajo le dió para ilustrar, ya que tiene todo lo que existe y lo que aún no se conoce.
Charlamos un largo rato, de sus gustos a la hora de leer y también a la hora de mirar. Nos contó que le gustan mucho los escritores argentinos Guillermo Martínez, Washington Cucurto, Leo Ozzola y los norteamericanos Flannery O´Connor y William Goyen.

Nombró a dos ilustradores a quienes admira por razones diversas: la libertad de la checa Kvêta Pacovská y la incomodidad creativa que le genera el lituano Stasys Eidrigevicius. Contó anécdotas personales, que de chico les gustaban mucho las historietas Asterix de Goscinny y Uderzo, Soopy de Schulz, Mafalda de Quino y nombró un libro de su niñez que recuerda especialmente a través de las imágenes “El león feliz” (aunque él se refirió a la edición de Kapeluz en castellano, aquí encontré la versión en inglés con las ilustraciones).
Más tarde la escritora Nilda Lacabe, se acercó para comentarle que su mención le había traído un recuerdo de cuando ella empezaba a ejercer la profesión de bibliotecaria, ya que ese libro se lo habían solicitado especialmente.
Nos contó acerca de sus próximos proyectos: El cumpleaños de Mona Lisa en editorial Arte a Babor y Puatucha Rentes, la leyenda olvidada en Calibroscopio. Ambos con trabajo escultórico del papel.
A pedido, accedió sin decir ni mu a leernos “Boca de león” y al final fuimos descubriendo, mediante una charla íntima, que a pesar de que había muchos chicos con cara de haberse animado a las bocas de los leones, sólo los adultos tienen esa tendencia… y la mayoría (por lo menos los que estábamos ahí) habíamos logrado salir.
Para la despedida eligió "Avión que va, avión que llega" un libro con poesías de Laura Devetach
que ilustró y diseñó.
Fue una tarde intensa, donde todos aprendimos y nos divertimos a través de las historias, los libros y las imágenes.
Charlando hacia el final con alguien que trabaja en una editorial y que no conocía personalmente a Istvansch dijo que después de ese encuentro valoraba mucho más el trabajo que hay detrás de las imágenes y especialmente de su arte.
Además de los vecinos y los amigos, entre los presentes en el picnic estuvieron las escritoras Nilda Lacabe que nos trajo de regalo las "Instrucciones para que el Hipopótamo duerma solo" y Verónica García (que había sido nuestra invitada de noviembre) sus "Alguaciles".
La visita de semejante mago, sus libros que se integraron al picnic junto a muchos otros de ediciones del eclipse, los comentarios de los presentes, la cantidad de chicos que junto a sus padres leyeron y se encontraron con otros escritores e ilustradores a lo largo de dos horas, el clima de felicidad, los mates de Javier y la presencia de un equipo de colaboradores que crece en cada encuentro, hicieron que a diferencia de otros 5 de enero, no deseara la llegada de la noche. Con los zapatos puestos y los ojos bien abiertos disfruté del regalo más lindo que pude recibir un día de Reyes. Aquí, fotos del encuentro y aquí un video que realizaron los chicos en casa cuando descubrieron los restos de una botellita de jugo que había olvidado Istvansch en nuestra heladerita.